Hoy, Día mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez, entrevistamos a la colegiada Marta Abril, psicóloga especialista en Gerontología y miembro del Grupo de Trabajo sobre Envejecimiento del COPCYL. 

P: Marta, ¿por qué es importante que se conmemore un día como hoy?

R: Cualquier día dedicado a dar visibilidad a una reivindicación es positivo, pero no debe quedarse ahí. Hay que trabajar en ello durante los 365 días del año. Los mayores son una parte esencial de la sociedad y no podemos dejarlos de lado. Debemos quitarnos el piloto automático que nos hace olvidarnos de ellos.

P: Tú trabajas con personas mayores en dos centros. ¿Qué problemáticas percibes?

R: El principal problema es que no se tienen en cuenta los valores de los ancianos. No podemos tratarlos como plantas, hay que tener en cuenta sus gustos y motivaciones. Ese es el principal motor de mi trabajo: basarme en la historia de vida de cada paciente y actuar en base a eso, como se señala en el modelo “En mi casa”. Tenemos que asumir que la vejez es una etapa más de la vida en la que se puede seguir aprendiendo y, sobre todo, en la que no se deja de ser persona. Por eso hay que tener en cuenta las emociones, pensamientos y sentimientos y no infantilizar a los pacientes.

P: En tu opinión, ¿qué medidas deberían tomar las administraciones de forma urgente?

R: Desde el punto de vista del envejecimiento activo, acciones de sensibilización sobre lo necesario que es trabajar la función cognitiva a través de profesionales de la Psicología, para que los mayores no acudan a los programas sin motivación. Con los familiares habría que fomentar programas de sensibilización operativos sobre cómo actuar ante situaciones complejas como el Alzheimer. Por supuesto, también debería mejorarse la formación del personal técnico de las instituciones, pero no sólo a nivel teórico sino también práctico y trabajando con la parte emocional del paciente. A nivel sociedad, es imprescindible implantar programas de educación intergeneracional en los que se mezcle a personas mayores con alumnos de colegios e institutos. Tienen un potencial increíble y beneficios enormes para ambas partes.

P: ¿Te parece que hay suficientes psicólogos trabajando en centros institucionalizados?

R: Cada vez más, pero muy pocos aún. Y me parece fundamental. El psicólogo debería ser quien reciba a los pacientes y elabore sus historias de vida para que tengan un trato más personalizado. Hay que trabajar con los residentes a nivel emocional y adaptar las actividades a sus gustos para que se sientan bien. También es muy importante su papel para asesorar a los familiares cuando no saben cómo actuar. Y, por supuesto, para trabajar en equipo con el resto del personal.

P: Para terminar, ¿qué líneas de trabajo sigue actualmente el Grupo de Envejecimiento del COPCYL?

R: De cara a la conmemoración del Día mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez hemos elaborado un decálogo con consejos para mejorar el trato a las personas mayores que difundiremos a través de redes sociales. Se trata de pequeñas cosas que todos podemos poner en práctica en nuestro día a día. Por otro lado, estamos trabajando en unos dípticos que den a conocer cuál es el papel del psicólogo en el trabajo con ancianos.